Erase una vez un cornitopo al que nadie quería, ni los topos, ni las codornices…
Decidió irse al país de los no queridos. Allí encontró muchos amigos pero ninguno era de su familia. Jugaba y se divertía, hasta que un día llegó una cornitopa; era muy guapa, con ojos azules, rubia, con bonitas uñas y con un precioso collar dorado alrededor de el cuello.
Un día, en el país de los no queridos entre ellos dos surgió el amor.
Allí jugaban juntos y dormían juntos, hasta que un día tuvieron 12 cornitopillos que iban a ser apoyados por sus padres sin ser humillados por los demás.
Alex Calvo Cordero
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